Fisioterapia a domicilio.

A veces, moverse hasta la clínica no es tan fácil: el coche, el tráfico, aparcar, el dolor al caminar… Por eso, cada vez más gente elige que el fisio vaya a casa. Y la verdad, tiene muchas ventajas:

1. Te ahorras el viaje y las molestias

No tienes que salir de casa, ni coger el coche ni depender de nadie que te lleve. Eso ya es un alivio, sobre todo si estás recién operado o con dolor.

2. El trato es más tranquilo y personal

En casa todo va más relajado. No hay prisas, ni interrupciones. El fisio se centra solo en ti, en cómo te sientes y cómo te mueves ese día. Y eso se nota mucho en los resultados. Además de encontrarte en tu zona de confort.

3. Los ejercicios se adaptan a tu entorno

No es lo mismo hacer un ejercicio en la camilla de una clínica que en tu propia cama o en tu salón. El fisio puede enseñarte cómo moverte mejor con lo que tienes en casa, para que luego puedas seguir tú solo, y poder realizar los ejercicios en tu entorno.

4. Sigues el tratamiento con más facilidad

Cuando lo tienes tan fácil, cuesta menos ser constante. Y cuanto más constante seas, antes mejoras. Así de simple. El fisio te enseñará unos ejercicios que lo podrás realizar por tu cuenta.

5. Ideal si tienes poca movilidad o eres mayor

Para muchas personas mayores, o después de una operación, desplazarse es todo un reto. Existen muchos tipos de lesiones y enfermedades que imposibilitan poder moverte. Tener al fisioterapeuta en casa evita riesgos, caídas o esfuerzos innecesarios.

6. Es un cuidado más humano

El hecho de estar en tu entorno, sin ruidos ni estrés, ayuda a relajarte.Y cuando el cuerpo está tranquilo, el tratamiento funciona mejor. Además de estar en un entorno más familiar.

En resumen:

La fisioterapia a domicilio te cuida sin moverte de casa. Es cómoda, cercana y pensada para que mejores sin complicarte la vida.